lunes, 11 de marzo de 2013


La otredad y más…

 

La otredad es un concepto que se debe desarrollar a partir del conocimiento de la historia, considerando los hechos, sus causas, sus consecuencias y cómo nos afecta en nuestra realidad personal y comunitaria. Nos hace conscientes de nuestro actuar, nuestro sentir, los valores que implicamos al vivenciar el día a día y las repercusiones de nuestros actos, su trascendencia. Nos hace sentir parte de la cultura que vivimos al conocerla, transmitirla, modificarla, enriquecerla e incluso ignorarla. Sentirnos parte de un ente social es natural al individuo, pero ser consciente de ello sólo se lograr si conoces, si reflexionas, si analizas, si ves desde todas las perspectivas un mismo hecho y logras empatizar con cada una de ellas, haciéndotelas propias. Lograr reflexionar sobre lo que nos rodea y cómo se construye la historia, permite al individuo formar parte de ella.

 

Para lograr la otredad es muy importante llevar a la enseñanza de la historia lo que conocemos como historia real que es totalmente opuesta a la planteada en fuentes documentales que tiene un tono más tradicionalista que de construcción de conocimiento.

Entendamos por historia real a aquella que está latente porque logró trascender en el tiempo y el espacio y a la historia documental como aquello que alguien se tomó la molestia en registrar para darlo a conocer desde su perspectiva y en base a la parcialidad de sus investigaciones. Y enseñar y aprender historia implica precesamente empatar estas dos formas de historia pues se necesita de documentos para investigarla y de reflexión para entenderla a partir de nuestra realidad.

Lograr la construcción del conocimiento histórico implica lograr también una vinculación entre la realidad del presente y la realidad del pasado reconociendo como lo anterior afecta a nuestra actualidad dándole forma, base, causa, consecuencia. Reconocer que somos lo que otros nos ayudaron a ser o que somos muy parecido a lo antes se fue, recordando que la humanidad establece ciclos que bien pueden terminar o que se reciclan. No somos inéditos, la existencia del hombre se remonta a miles de años y el evolucionar ha sido constante. Somos individualmente únicos, pero formamos una colectividad que se rodea de circunstancias y situaciones que nos hace movernos en equipos de acuerdo a nuestras convicciones o intereses, voluntades o valores.
Entendamos como metodología de la historia oral a aquella que pretende la construcción del conocimiento histórico. Y se construye, sí en base al análisis de fuentes documentales, pero que implica además una traducción de esos documentos. Es un lograr desmenuzar los sucesos de manera que podamos entender el por qué de ellos al analizar las perspectivas diferentes, fuentes diferentes, causas diferentes que lograron conectarse, consecuencias en distintos niveles y el cómo influyen en la realidad actual. Podemos incorporar la metodología de la historia oral con los niños en la escuela si logramos construir conocimiento histórico y esto es posible sólo si vamos más allá de la enseñanza tradicionalista que privilegia la memorización de datos, fechas, personajes. Exponer a los alumnos un tema en base a una situación problema en la que se pongan en juego distintas maneras de investigar, conocer, debatir, formular, reformular, empatizar, relacionar y analizar los hechos históricos para lograr comprender el por qué de las situaciones y el cómo influye en nuestra realidad actual dará como resultado un conocimiento más vivo, con más significado y que además podrá lograr el aprendizaje de lo que tradicionalmente se ha pretendido.

La historia no está terminada, no todo lo que nos presentan los textos es real o mentira, es sólo la visión del investigador, del escritor, del documentalista; es el esfuerzo de cada uno en tratar de apegarse lo más posible a la realidad, más debe considerarse que es una realidad parcial puesto que en un mismo hecho histórico confluyen diversas mentes, personalidades, intereses, voluntades, decisiones, valores. Y, sin embargo, podemos ver que un hecho histórico visto desde la perspectiva que sea, logra un objetivo similar que hizo que éste fuera trascendente para una persona, una comunidad, una nación o para el mundo. Aquellos que buscan “el hilo negro” en sus investigaciones para desacreditar a los hechos y personajes históricos no ayudan en algo a lo que de verdad debe construirse como conocimiento histórico, se vuelven periodistas amarillistas de la historia. Busquemos la manera de lograr con la construcción de conocimiento histórico en nuestras escuelas de manera que sirva para darle sentido de pertenencia a los alumnos. Pertenencia a una familia, a una comunidad, a un estado, a una nación, al mundo.